Los niños irán decidiendo eso de acuerdo a sus necesidades. En cualquier caso, la casita está lista, con 3 grandes ventanas que apuntan a los puntos cardinales y una puerta del tamaño perfecto para que entren los niños, es una pequeña casa de pitufos. Ahora nos falta la parte más divertida que es decorarla y colocar ventanas y puerta para que sea un lugar cerradito y bien cuidado.
Durante su estadía también aprovechamos junto a la profesora Magali, para realizar algunos talleres de arte con reciclaje y diseño de interior y exterior de la casita, utilizando materiales como botellas de plástico, barro y retazos de papel.
Se puede ver en las sonrisas de Leidy y Flor el sentimiento de alegría por los momentos lindos que pasamos.
Les agradecemos enormemente a Shady School por su gran esfuerzo y simpatía :) .