Empezamos con muy buen ánimo y energía toda la preparación del terreno a cultivar. El proceso fue: zarandear la tierra pobre, mezclar la tierra buena con abono de cuy, compost y tierra negra de las alturas (que sobró de una obra), humedecer la tierra por un par de días, hacer los huachos o surcos para sembrar: cebollas chinas, poros, beterragas, habas, lechugas . Esta actividad tomó varias semanas y algunos fracasos al comienzo pero todo fue una buen lección y aprendimos mucho para futuros cultivos. Por fin llegarons los días de cosecha y con mucho orgullo regalamos un poco de lo producido a lo profesores de la institución, nos quedamos con un poco para llevar a la mamá y además nos sobró algo para venderlo en el mercado y así generar algunos ingresos para el grupo.
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